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Mis labios se mueven, esbozan una mueca calculada clínicamente implantada en mi rostro, sonrisa la llaman, mi humor sigue trabajando, no ceso en sacar una sonrisa a aquellas personas que tengo cerca, que están preocupadas por demasiados motivos, mi cuerpo se mueve y hace el cabra acompañando la locura de mis palabras, sin embargo mientras ocurre todo esto te busco con la mirada, mis ojos recorren cada poro de tu cara esperando que en cualquier momento esa intensa mirada profunda como el cielo o el mar se clave en mis ojos durante un instante,que vuelva a decir un te quiero sin articular palabra, que un quédate a mi lado sea lo único que quieran expresar, un no te vayas, sin embargo eso no ocurre, esos detalles cada vez son mas escasos, casi empiezo a pensar que te estoy perdiendo, y duele, curioso, pero cierto, duele solo pensar que puedo perder algo que nunca he tenido, sin embargo en ocasiones surge un detalle, una ínfima cosa, un gesto, una mirada de reojo cuando rodeo tus piernas con mi brazo y decides no apartarte, compartir el ultimo trozo de un dulce vicio o simplemente agarrarte y tumbarte de lado como castigo por meterte conmigo, un abrazo para quien le cuesta dar un abrazo, la única forma de tenerte cerca de mi que tengo, la única forma en que puedo lograr aunque solo sea un poco cumplir mi sueño, que en un futuro se reviva un momento del pasado, que mi cuerpo sea rodeado por tus brazos y entre los mios tiemble tu cuerpo, quiero que me des ese primer beso  otra vez, ese beso en el que no entran en juego los labios, el beso de O.K. Bernhardt, ese que descubriste junto a Alan Delon, ese primer beso que me diste tantas veces, ese que me hacia revivir a cada momento, ese beso que cura, que no daña, que dificilmente se olvida.

Ese beso que creo que no volverá, que deseo que nunca se haya ido, que deseo que algún día no sea el único, pero que de momento es mas que suficiente, es todo lo que necesito, mas no todo lo que anhelo, sin embargo es todo cuanto quiero.