caminante

Al igual que antes os he contado mis penas no vería justo no contaros ahora mis alegrías.
hace nada que he llegado, el agua calaba toda mi ropa, el frío agarrotaba mis articulaciones, mi pelo escurría en mi cara y mi cara en mi chaqueta,me he quitado la ropa en la puerta para no mojar todo el suelo y he sacudido mi cabeza, uno de mis compañeros de piso me ha mirado extrañado, casi como si estuviese loco, el otro ni siquiera se ha percatado de que he salido, tras dejar mi ropa en el patio para que escurriera me he metido en la ducha, el agua caliente resbalaba por mi cuerpo, y hacia que mis manos me dolieran ya que me transmitían la sensación de que el agua hervía, pero todo por culpa de la sensación térmica, he permanecido ahí algunos minutos, he salido y curiosamente tenia mas frío que la llegar, me he secado y vestido, he ido a la cocina y me he puesto algo de comer (gracias mamá por ese maravilloso caldero) todo esto haciendo análisis mental.
He venido hasta aquí y he empezado a escribir,diréis que no es una gran alegría, pero os equivocáis; os equivocáis y es que mi cabeza daba vueltas a una velocidad alarmante, y ahora está quieta y nítida, o eso creo.
la felicidad es que en mi análisis he aclarado muchas cosas,ya he desembrollado la contradicción entre mi conciencia y mi corazón, el resultado: empate, no me arrepiento de nada de lo que he hecho, pues aunque se que no estubo del todo bien mi corazón me susurra que simplemente ocurrió, en estas cosas el manda.
sobre las fichas que he hablado anteriormente... se que de todos los jugadores de este tapete tienen alguna ficha mía, unos tienen mas otros tienen menos, los únicos que tienen una constante a la hora de que se muevan son la vida y la muerte, ya que la segunda gana tanto como apuesta la primera.
pero todos ellos se han ganado las fichas que tienen, se quien es la ganadora de la partida, solo me falta saber quien se sentará a mi lado para compartir fichas.

Por ultimo he de decir que mi cabeza está despejada, volvería a hacer todo lo que he hecho, aunque en parte siga arrepintiéndome de mis actos por a quien pueda herir, y arrepintiéndome porque ahora mas que nunca alguien tiene el arma y el momento para hacerme daños si lo desea.
Simplemente confiaré en que sepa mostrar cara de póker y decida no asestar un golpe de gracia.